REFLEXIONES ACERCA DE LA PRIMERA ACADEMIA LATINOAMERICANA DE LIDERAZGO SOCIO-AMBIENTAL
Ana Elia Ramón Hidalgo (alumna de GESA 2014, España) co-organizó la primera Academia Regional, una iniciativa de la Global Environments Network (la Red Global Ambiental), en América Latina. Ella escribe sobre la experiencia, desde su concepción, hasta su implementación, cómo fue recibido el curso y mucho más. La versión en inglés está disponible aquí.
Han transcurrido varios meses desde que se celebró la primera Academia Latinoamericana de Liderazgo Socio-Ambiental (ALLSA) en Jarabacoa, República Dominicana, entre los días 13 y 22 de Noviembre de 2015. Cuando recuerdo aquel encuentro se me eriza la piel. Con el paso del tiempo el polvo levantado se va asentando y ahora, al despertar de una nueva primavera Canadiense, tengo la oportunidad de reflexionar sobre la experiencia de ALLSA. Mi intención es que estas palabras sirvan de agradecimiento a todos los que hicieron este encuentro posible y que, junto a los testimonios de participantes y mentores, inspiren a organizar una Academia Regional en tu rincón del mundo para que contribuya al desarrollo de redes regionales de jóvenes preocupados por las injusticias socio-ambientales en sus comunidades.
Así empezó todo. En 2014, cuatro ex alumnos de Global Environments Summer Academy (GESA), conmovidos tras la experiencia de la academia global y conscientes de la necesidad de transformar pedagogías y paradigmas socio-ambientales convencionales a nivel glocal, nos comprometimos a organizar una academia regional en América Latina. Antonia Barreau, Yolanda López, Daniel Abreu y yo queríamos ayudar a que jóvenes hispanos se encontraran y cuestionaran de forma conjunta qué es el aprendizaje ambiental transformador y cuáles nuestras relaciones con los paisajes bioculturales.
Aspirábamos a crear un espacio y un proceso dinámico de co-aprendizaje que potenciara a jóvenes líderes socio-ambientales en su capacidad de actuar e inspirar a más personas a construir la gran transformación social y ambiental, desde pequeñas comunidades hasta foros internacionales. Imaginamos un encuentro post disciplinar[1] con enfoque biocultural pero sin privilegiar ninguna epistemología. Más bien queríamos ponerlas a dialogar. Como parte del proceso de co-creación redactamos una nota conceptual en la que nos confesamos cercanos a la gran sombrilla del constructivismo, y cálidos acogedores de la tradición de semilla latinoamericana de la pedagogía de la liberación de Paulo Freire. En la nota enfatizamos que consideramos liderazgo no como una posición institucional, sino como una función social adaptativa de movilizar conciencias para promover cambios sociales para el bien común.
Los objetivos de ALLSA 2015 fueron:
Después de un proceso de selección de entre más de 100 postulantes invitamos a 25 finalistas provenientes de 12 países con experiencia y motivación excepcional de liderazgo socio-ambiental en el mundo académico, sociedad civil, sector privado o gubernamental. A los finalistas que lo necesitaban les concedimos becas parciales ALLSA y les animamos y facilitamos información para conseguir fondos. Merelyn consiguió financiarse a través de una campaña solidaria en Gofundme. Así recuerda ella la experiencia:
Recuerdo la emoción que sentí cuando salieron los resultados de los pre-seleccionados para asistir a ALLSA (…) era tanta [la] motivación que pude recaudar dinero por medio de las redes sociales para cubrir mis costos de viaje lo cual le dio un sentido colectivo a mi participación en la academia, ya que se sumaba el cariño de todas aquellas personas conocidas y desconocidas que me apoyaron. (Merelyn Valdivia Díaz, Perú)
La diversidad países de procedencia, géneros, comunidades, perspectivas indígenas y locales, y experiencias personales y profesionales representadas en el conjunto de los finalistas y mentores creo que fue una de las claves del éxito de este evento. Merelyn lo ilustra bien cuando dice que en ALLSA, se encontró en el otro y que, al ser un grupo tan diverso, le ayudó a reflexionar sobre su propia identidad y su responsabilidad para crear espacios parecidos en el futuro.
Otra de las claves del éxito fueron los mentores expertos a nivel regional y mundial que se ofrecieron a facilitar co-aprendizajes a través de diferentes espacios como talleres experienciales, círculos de discusión, cafés de investigación y paseos.
Así recuerda la experiencia Eglee Zent, una de las mentoras del ALLSA 2015:
(…) la experiencia de ALLSA para mí fue análoga (no lógica) (…) a cuando en los Andes caminas hasta el alto nevado más encumbrado pero llegas sin luz y no has visto tu entorno. Justo cuando están despuntando las primeras luces despiertas y sales del refugio donde dormiste. Con maravilloso asombro y abrazado de silencio te descubre lentamente la luz de las formas y contenidos, plantas, agua, arácnidos, viento, sol. Lo esencialmente hermoso [te] enmudece y atolondra simultáneamente [y] te sabes vivo con miríada de elementos con los que resulta inevitable no construir. ALLSA es un receptáculo explosivo de conservación biológica y cultural. Los chicos que conocí allí, cada uno esta tan genuinamente cargado de potencial para cuidar y amar su entorno que hace de la experiencia un baúl donde se exploran ánimos y proyectos.” (Eglee Zent, Venezuela)
Habiendo sido testigos en pasadas GESA del potencial de una academia estructurada a través de la combinación de espacios fluidos de co-aprendizaje, diseñamos progresivamente junto con mentores y participantes una agenda adaptada a nuestras necesidades como comunidad en progreso. Por ejemplo, Daniela Biffi solicitó uno de los preludios creativos para enseñarnos a jugar a El Jenga de la Cadena Trofica Peruana. Ésta es una herramienta educativa muy divertida que se inspira en la torre de Jenga y modelos científicos de los ecosistemas y muestra los problemas ambientales actuales de los océanos para facilitar reflexiones y conversaciones acerca de las conexiones existentes dentro de un sistema complejo.
Antes pensaba que el conocimiento es el leer y tener experiencia en el ámbito q uno se desarrolló pero ahora descubrí con esta maravillosa experiencia que fue el ALLSA [que] el conocimiento se vive con el simple hecho de respirar y el compartir el amor (…) el mundo es un pañuelo y todos estamos conectados para el cambio, desde lo más pequeño que hagamos. (Raquel Lourdes Guallpa Rivera, Ecuador)
La dinámica en ALLSA fue extraordinaria, tiene algo que hasta el momento en muchos de los espacios académicos les cuesta generar, espíritu pero un espíritu colectivo. (…) Tuvimos espacios de re-conexión con la naturaleza a ojos cerrados, de encontrarnos en la eco-psicología en la contemplación de la naturaleza y la educación, de frustrarnos, de correr contra el tiempo para intentar compartir leyendo y armando presentaciones, de filosofar con prácticas de hermenéutica para discutir un texto y traer mucha reflexión y discusión, de jugar para aprender de estrategias y políticas (…). Si algo le faltó a este espacio, fue tiempo. Los días se nos quedaban cortos para cerrar un proceso, para reír, para escucharnos, para dormir quizás. (Merelyn Validivia Díaz, Perú)
Las metodologías de co-aprendizaje utilizadas sorprendieron a unos y nos llevaron a algunos a aprender saliendo de la zona de confort. Como dice Felipe, “en ALLSA, he podido salir como nunca antes de mi zona de confort. He entendido que la ciencia, el liderazgo, la filosofía ya no tienen espacios tan abismales como antes pensaba (…) me siento comprometido y fortalecido”. Antonio Sánchez, El Salvador.
Así lo refleja también el testimonio de Vanesa:
ALLSA fue una fiesta, un reto, desaprender para aprender, un reencuentro conmigo misma y con mis hermanos. Me abrió los ojos al mundo. (…) Desde el primer encuentro no dejó de sorprenderme, rompiendo mis esquemas en todo momento, lo necesario para salir – forzosamente – de mi zona de confort. Lo que vino luego fue dejarse llevar y abrirse a la vivencia, al flujo envolvente de dar y recibir. Cuando rememoro ALLSA vienen a mi sonrisas, inspiración, conexiones, muchas ganas y fuerzas para emprender proyectos locos que sirvan para hacer del mundo un lugar un poco mejor para todos, y, siempre, la cálida sensación que me da la certeza de saber que existen otros hermanos trabajando -y luchando- por mejorar las cosas. (Vanesa Ramos Abensur, Perú)
En ALLSA aprendimos los unos de los otros y nos inspiramos a seguir cuestionando nuestros modelos de sociedad. A Alfonso le inspiró “la fuerza y la energía con la que los compañeros están promoviendo pequeñas acciones que conectadas a otras tienen efectos glocales.” Alfonso Morillo, República Dominicana.
Me queda claro que las experiencias, reflexiones, preguntas sin responder, y aspiraciones fueron diferentes en cada uno de nosotros. Pero también sé que no dejó a nadie indiferente. Una de las ideas y experiencias que generaron reflexiones y conversaciones hasta bien entrada la noche fue nuestra existencia como naturaleza y en relación constante a todo lo demás:
ALLSA fue una experiencia que me conmovió profundamente. Me motivó y abrió mis horizontes. (…) Me recordó que estoy trabajando con personas y “otros que humanos” que merecen todo mi respeto. También me enseñó la importancia de tomar decisiones desde un lugar donde me siento segura, tranquila, en paz, y no desde el miedo. Y así, no me puedo equivocar. Si tuviera que resumir ALLSA en unas tres palabras serían: ética, conexión, motivación. (Mariana Escobar, México)
Una de las sesiones más profundas para mí, fue haber tenido el privilegio de interactuar con los elementos que nos permiten la vida, segundo a segundo. Observando lo que nos rodea y dejar que ella despierte en mí la curiosidad por su color, forma, tamaño, sonido o movimiento, y de manera irresistible, dejar que mis pasos me lleven a acercarme a ella, a pedir el permiso e interactuar con ella, sentir ese Xuquqeem le llamaría, [como] recorrer mis venas y acelerar los latidos de mi corazón; descubrir que cada respiro depende de elementos que quizá antes ni me imaginaba, que me permiten estar aquí y ahora. Es un proceso de experimentar la ecología profunda. Me deja la esperanza de que esto se acerca a lo que los abuelos practicaban y experimentaban, que mis progenitores me han repetido tanto. Cuando les he escuchado de sus relatos del – q’utuneem – pedir permiso, recordar y reconocer que ese grano de maíz tiene –k’aslemaal– su propia vida y por lo tanto debes – loq’oq’j – respetarla y cuidarla. (Abigail Quic Cholotío, Guatemala)
Otra de las reflexiones recurrentes en los participantes fue la importancia de generar lazos de unión para impulsar futuros proyectos.
Me llevo de la experiencia en ALLSA un pedacito de Latinoamérica, feliz de encontrar que desde el sur sur hasta el norte mismo hay personas que creen que el cambio en el mundo es posible, y que no estamos solos luchando por alcanzar el estado de armonía entre las personas y la naturaleza, entendiendo que somos parte de ella y que no debemos pensarla por separado. (Patricia Roche, Paraguay)
En este mundo lleno de injusticias y egoísmo, ALLSA es un espacio de compartición[2], que ante la urgencia de un mundo mejor, nos demuestra que no estamos solos en esta gran lucha y renueva la esperanza en nuestro género humano. (Albert Maurilio Chan Dzul, México)
A algunos hasta les movió la perspectiva de sus vidas. Antonio Pulido aspira a “ser parte de un todo y no un todo partido; hacerme fuerte al reconocerme como parte de algo más grande y quitarme del punto central para compartirme en igualdad de circunstancias con mi hábitat y cohabitantes; realizar de manera creativa mi trabajo hace que el amor fluya; reconozco mis límites y busco en los demás seres mi complemento; lucharé con todo mi corazón por ser feliz al lado de los y lo que me rodea; ALLSA movió mi perspectiva de vida.” (Antonio Pulido, México)
Como parte del programa de ALLSA se esbozaron varias iniciativas de colaboración entre los participantes, como por ejemplo:
El encuentro de ALLSA concluyó el 22 de Noviembre pero seguimos en contacto a través de la red de GEN, LinkedIn, por correo, Whatsup y Facebook. Cada uno de nosotros ha vuelto a sus actividades pero de alguna forma ALLSA sigue con nosotros.
Estoy seguro que ALLSA me ha fortalecido como el líder social que soy, gracias al aprendizaje durante una semana con un maravilloso y diverso grupo de jóvenes de todo el continente. (Antonio Sánchez, El Salvador)
Después de ALLSA me siento más fuerte, creativa y consciente. ALLSA me dejó un montón de conceptos e ideas que aún estoy tratando de asimilar, integrar. Pero más importante aún, me dejó la certeza de que necesito reconectarme con la naturaleza, de que el estudio sobre el medio ambiente tiene que ir ligado con una ética, de que mi vida académica y profesional no puede estar desligada de mi vida personal. (Mariana Escobar, México)
Alfonso Morillo (República Dominicana) se lleva de ALLSA “el compromiso de inspirar y motivar a otros a incidir en la tarea de asumir una ética ambiental, conscientes que el futuro lo estamos construyendo hoy.
El cómo aplicar los conocimientos de ALLSA fue una de las grandes preguntas en ALLSA. Vanesa nos explica cómo ella lo está haciendo:
Luego de ALLSA retorné a Perú y ahora estoy trabajando en una investigación sobre los saberes ancestrales sobre medicina tradicional que mantienen y practican los adultos mayores de diversas regiones de mi país. Durante mi trabajo de campo, de manera espontánea, fui aplicando diferentes aprendizajes asimilados en ALLSA. Desde cosas muy simples, como el trato y el respeto por la personas y cada elemento de la naturaleza, hasta las metodologías utilizadas y la dinámica del trabajo en equipo. (…) Al mismo tiempo, estoy realizando las coordinaciones y trámites para constituir (…) la Asociación Pacha Alterna (…) una asociación con un grupo multidisciplinario con el fin de revalorar y difundir el conocimiento tradicional sobre plantas medicinales a través de la investigación, así como brindar apoyo a las comunidades rurales e indígenas para la protección de sus derechos de propiedad intelectual sobre su conocimiento ancestral y sus recursos. (…) Estoy segura que estas dos experiencias no hubieran sido emprendidas sin la vivencia de ALLSA como antecedente. (Vanesa Ramos Abensur, Perú)
Además de lo mencionado, nuestra receta necesitó ingredientes tan importantes como la visión clara, perseverancia, paciencia, confianza, recursos humanos, sociales, financieros, y un profundo sentimiento del compromiso para con nuestro hábitat y sus cohabitantes. Pero como en toda receta, cada chef le añade su toque personal. Ojalá futuras academias regionales se nutran de las experiencias y metodologías de aprendizaje de ALLSA 2015. Ojalá las mejoren y se adapten a los contextos locales. Aquí os dejo con algunas reflexiones de los participantes de ALLSA sobre que podríamos mejorar en futuras ALLSA o academias regionales.
Me gustaría que la difusión de este tipo de eventos sea mayor, ya que al contar mi experiencia a personas cercanas me di cuenta que muchos no tenían idea de la existencia de ALLSA ni de GESA. También recomiendo que la Academia regional tenga mayor duración, entre 3 o 4 semanas. Para poder trabajar bien los temas y visitas propuestos, dando también espacio para la asimilación de lo aprendido. (Vanesa Ramos Abensur, Perú)
Alfonso aconseja: “Establecer mecanismo de seguimiento y fortalecimiento de la red, asimismo el cumplimiento de los compromisos asumidos”. Alfonso Morillo, República Dominicana. La buena noticia para Alfonso y todos los participantes es que a través de la plataforma de GEN, que estamos a punto de estrenar, los participantes de ALLSA junto con la red de GEN podrán continuar los proyectos iniciados durante la academia.
Manuela Fernández (Argentina) enfatiza la necesidad de una escucha activa y un análisis profundo acerca de las particularidades regionales frente a las problemáticas socio-ambientales actuales: “En el caso de ALLSA pudimos apreciar una ética medioambiental sudamericana, sus orígenes, sus referentes y sus matices. Ello nos permitió comprender qué es lo que caracteriza a la región, saber contra qué modelos de desarrollo esta ética medioambiental se opone, como así también los objetos/sujetos, los valores y los intereses que defiende. Esta mirada regional, nos ayudó a ser más conscientes de quienes somos y de este modo, buscar respuestas adaptadas y conformes con nuestras realidades. Un ejercicio que demanda de esfuerzo ya que implica detenerse y escuchar los ejemplos que cada compañero del curso relata sobre su país. Una escucha activa que nos invita a entender al otro, a compararlo con nuestros casos y a comprobar, en definitiva, que como región tenemos muchos puntos comunes y una gran posibilidad de propuestas y soluciones.”
Comencé agradeciendo y concluyo agradeciendo. Gracias a todos los que hicieron ALLSA brillar. Gracias familia del Rancho Baiguate, gracias a las comunidades y proyectos con los que compartimos bellas experiencias (ej. Sonido del Yaque, Angostura), gracias a los mentores Egleé Zent, Mirian Vilela, Ricardo Rozzi, Carlos del Campo, Gary Martin y Alberto Sánchez, a los asistentes locales (gracias Beykel Custodio), a los participantes y gracias a todo lo humano y lo no humano que nos acogió y nutrió. También quiero agradecer la confianza y el apoyo recibido del gran equipo de la Global Diversity Foundation (GDF), del Instituto Nacional de Formación y Capacitación del Magisterio de República Dominicana (INAFOCAM), de la Facultad de Forestales de UBC (UBC Forestry) y de UNITAR. Sin ellos esto no hubiera sido posible. Gracias a todos. Y gracias a los que vais a emprender el camino hacia la organización de futuras ALLSAs y academias regionales.
[1] Post disciplinariedad en general se refiere al “creciente compromiso de trascender los límites (disciplinares) para comprender mejor las complejas interconexiones dentro y entre los mundos naturales y sociales” Jessop and Sum 2001.
[2] Así le llaman los zapatistas a sus espacios de reunión